El turno de estudiar el
tratado de extradición estaba en Colombia y después de una poco discutida y
fácil aprobación en la dos cámaras del
congreso, Germán Zea Hernández, como ministro delegatario, estampó su firma en la nombrada internamente
como ley 27 de 1980 o “ley de extradición” con los Estados Unidos de América y
que contenía los detalles de cómo se aplicaría a los habitantes de Colombia.
Hasta este momento el país, por decisión expresa del Código Penal de 1936,
prohibía estrictamente la extradición de colombianos, no así la de extranjeros. Zea
firmó inocente en reemplazo del presidente Turbay
que se encontraba convenientemente de viaje, con Julio Londoño Paredes que curiosamente era el Ministro de
Relaciones exteriores también encargado. Existen fotografías de ese gran
momento con el gran cóndor de Obregón,
detrás de la figura pequeña de Zea y
todos los demás ministros del gobierno Turbay
muy atentos
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