En julio de 1979 ocurrió el asesinato de cuatro
personas en la licorería Crown
Liquors del Dadeland Mall
en Kendall-Miami, de Germán Jiménez Panesso y otras cuatro
personas por un grupo de matones enviado por Griselda Blanco, que se transportó en un camión marcado como “Happy Time Complete Party supply”(Suministros
para fiestas - momentos felices). Fue la primera evidencia visible para la
prensa norteamericana del crecimiento de una red de distribuidores colombianos
de cocaína apoderados de las calles. La llamada "masacre de Crown Liquors" fue la señal que algo se estaba saliendo de control con los narcotraficantes en la Florida.