Esta lujosa mansión en la Avenida El Poblado antes de llegar a la frontera con Envigado, perteneció a Fidel Castaño y fue su cuartel general en Medellín. Desde aquí se orquestaron varios de los atentados de Los PEPES y otras asuntos relacionados con el accionar de las Autodefensas de Córdoba y Urabá.