SEPTIEMBRE 1983
Escobar ya había decidido eliminar al que consideraba un latoso
ministro y se descubrió entonces el primer plan serio para atentar contra la vida de Lara.
Un ciudadano estadounidense,
que se identificaba con varios nombres como Roberto Samnas y John Burn, pero que se llamaba en realidad Joseph Harold Rosenthal y que estaba
prófugo de una cárcel de Atlanta donde purgaba una pena por tráfico de drogas,
estaba siendo seguido por agentes de la DEA,
se alojó en un hotel de Medellín, cuyo teléfono fue intervenido. Rosenthal
tuvo contactos con un sujeto a quien identificaba como alias "Piñata" y que se presume era el mismo primo de Escobar, Gustavo de Jesús Gaviria Rivero.
Con él habló de la necesidad de ejecutar al ministro. La amenaza fue hecha pública, pero no se pudo
utilizar la información oficialmente, pues la intercepción del teléfono de Rosenthal, se había hecho sin la previa autorización de
un juez. De las grabaciones obtenidas
también se descubrió que los teléfonos de la DEA en Medellín se encontraban
interceptados por la mafia y los de algunos ministros. Aunque salió en los periódicos, nadie tomó
muy en serio esta amenaza.