En algún momento entre finales de junio y principios de Julio de 1992 ocurrió la llamada "Masacre de La Catedral", que comenzó con el asesinato de los socios de Escobar, Gerardo Moncada y Fernando Galeano, pero se continuó con la muerte de familiares, contadores, administradores y testaferros, tanto en la cárcel como en el resto del valle de Aburrá. Los internos quemaron los cadáveres en la cancha dejando una cicatriz en el césped que puede verse en la fotografía.