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La extraña muerte del jefe de la DEA en Bogotá. 1976

Articulo originalmente publicado en las dos orillas

https://www.las2orillas.co/la-extrana-muerte-del-jefe-de-la-oficina-de-la-dea-en-bogota/ 


Reseña bibliográfica en la pagina oficial de la DEA

En diciembre de 1976, en la oficina principal de la Drug Enforcement Administration (DEA) de Bogotá, en una situación sin precedentes, fue asesinado su jefe, el cubano americano, Octavio Gonzalez, quien venía de trabajar en el antiguo Bureau contra narcóticos y luego en la recién creada agencia antidrogas, DEA.  El asaltante fue un tal Thomas Charles Cole, un veterano del Vietnam, quien era un informante registrado de la DEA y que supuestamente llegó desde Nueva York, 12 días antes, para matarlo en la delegación de la capital de Colombia, en las más extrañas circunstancias, puesto que primero intentó venderle información sobre el tráfico de drogas y luego se dedicó a tenderle una fallida celada para desacreditarlo; finalmente logró colarse en un ascensor privado en el último piso del edificio UIG, Unión General de Inversionistas, sector de Chapinero, donde estaba el cuartel de la DEA, matar a González en la puerta de su oficina con un arma no identificada (primero se dijo que un revolver y luego que con una pistola 9 mm), para luego ser dado de baja por un marine tampoco identificado, aunque los reportes ulteriores hablaron de un conveniente suicidio del atacante por razones emocionales ante su fracaso como informante, para resultar que la autopsia de Cole mostraba varias costillas rotas y otros traumas inexplicables. Los mecanismos de seguridad de una oficina altamente custodiada no habían funcionado y parecía una operación interna de alguna de las agencias contra este funcionario que podía tener información valiosa sobre actividades subrepticias dentro de la delegación de Bogotá o bien, como se dijo luego, haber entrado en contacto con los primigenios grupos mafiosos, nunca se supo si a favor o en contra.  Lo cierto es que ambos gobiernos prestaron poca atención y el caso se cerró apresuradamente; el embajador americano Phillip Sánchez, habló de un acto de delincuencia común, lo que fue más sospechoso, el caso tampoco fue mencionado por el presidente Gerald Ford, quien se iría del cargo ese próximo enero.   Por supuesto el gobierno americano le atribuyó años después el asesinato al Cartel de Medellín, organización que todavía no existía e hizo a González parte de sus héroes de guerra caídos en la lucha contra las drogas.  



REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

[1] Uribe A, Juan Fernando.  “Proyecto Pablo Escobar. Informe final”. Amazon Kindle Direct Publishing, 2020.

[2] Officer Down Memorial Page. Special agent Octavio Gonzalez.  Disponible en: https://www.odmp.org/officer/5550-special-agent-octavio-gonzales

[4] Periódico New York Times. “U.S. drug agent is killed by American in Colombia”. 14/12/1976.  Disponible en: https://www.nytimes.com/1976/12/14/archives/us-drug-agent-is-killed-by-american-in-colombia.html

[5]Periódico The Miami Herald: “Sepultarán en Miami a Octavio Gonzalez “.  17/12/1976. Disponible en: https://www.newspapers.com/clip/44631688/el-miami-herald/

[6] Periódico El Espectador. Muerto jefe de narcóticos de los Estados Unidos en Colombia”. 14/12/1976.

[7] Periódico El Espectador. “Los muertos de la DEA en Bogotá”. 21/06/2013.  Disponible en: https://www.elespectador.com/noticias/judicial/los-muertos-de-la-dea-en-bogota/


Jefe de la DEA asesinado en Bogotá. 1976


 
En Bogotá, en  una situación sin precedentes, fue asesinado el cubano americano,  Octavio Gonzalez,  jefe de la oficina de la DEA en Bogotá.   El asaltante fue un tal Thomas Charles Cole, un veterano del Vietnam, que supuestamente llegó desde Nueva York a matarlo. Primero intentó venderle información sobre el tráfico de drogas y luego se dedicó a tenderle una celada; logró colarse en un ascensor privado a la vigilada oficina y luego se suicidó, aunque en la autopsia tenía varias costillas rotas; los mecanismos de seguridad no habían funcionado y parecía una celada de la CIA o la misma DEA contra alguien de adentro, que tenía información valiosa sobre las actividades subrepticias de la primera; o como un típico problema de drogas dentro de la delegación de Bogotá al que nadie prestó atención, tampoco el embajador,  lo que de por sí fue muy sospechoso